¿Cuidamos la equidad en el acceso a nuevos medicamentos? (I)
Innovación, equidad y sostenibilidad
Los avances en investigación traen al mercado sanitario fármacos cada vez
específicos, se habla de la medicina individualizada (como siempre debió ser),
los medicamentos biológicos abren nuevos campos y la farmacogenética avanza con
fuerza. Pero desgraciadamente no todo son buenas noticas ya que este nuevo
arsenal terapéutico tiene unos costes muy elevados que en la actual situación
económica son difíciles de asumir por los sistemas sanitarios públicos.
En el caso del SNS español el artículo 3.2 de la Ley 14/86 General de Sanidad establece que “la asistencia sanitaria
pública se extenderá a toda la población española. El acceso y las prestaciones
sanitarias se realizarán en condiciones de igualdad efectiva”.
¿Estamos
cumpliendo ese mandato legal de equidad en el acceso a medicamentos?
Pues lamentablemente la respuesta es no, el fraccionamiento del SNS es evidente; las CCAA no están ofreciendo el mismo acceso a estos nuevos fármacos por lo que está
apareciendo una inequidad regional que condiciona, aun en igualdad de
condiciones clínicas, quien accede a estos nuevos tratamientos y quién no.
Para contextualizar merece la pena una mirada macro a los presupuestos
sanitarios per cápita de las CCAA para
por lo menos reflexionar si son éticas las grandes diferencias existentes entre
ellos, ya sea por la posible ineficiencia de los más elevados o por los
posibles riesgos de falta de calidad de los más bajos. La cartera de servicios
es todavía común y por tanto no explica estas brutales diferencias.
¿Se puede asegurar la equidad con
unos presupuestos tan diferentes?
Plantearemos el caso concreto del acceso a los tratamientos de la Hepatitis
C, que afecta a casi 900.000 españoles y que es la causante de la mitad de los
casos de cirrosis, trasplantes hepáticos y canceres hepáticos que debe tratar
el SNS.
Desde el año 2011 se arrastra una problemática sobre el acceso a dos fármacos
(telapravir y boceprevir) inhibidores de la proteasa NS3 que debido a su alto
coste quedan restringidos para algunas circunstancias clínicas, en marzo de 2012 aparecen las recomendaciones para el tratamiento
en pacientes monoinfectados por genotipo 1, posteriormente se publican
recomendaciones de tratamiento para otras tres situaciones clínicas concretas (pacientes
con hepatitis-C crónica con trasplante hepático, población pediátrica y
coinfectados con VIH); todas ellas avaladas por la Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y el Ministerio de Sanidad.
El coste de
cada paciente tratado con estos nuevos fármacos oscila entre los 25.000 y los 40.000 euros según la situación clínica de partida; las indicaciones
terapéuticas para las que fueron autorizados son mucho más amplias que las
recomendaciones propuestas por la AEMPS y que limitan mucho los tratamientos
susceptibles de recibir estos fármacos reservándolos para situaciones muy
concretas o situaciones en que la enfermedad esté muy avanzada.
Sin embargo,
las CCAA han aplicado estas recomendaciones de manera desigual, algunas
mediante publicación en sus boletines oficiales, otras mediante evaluaciones propias, otras mediante circulares internas y otras no se sabe no contestan.
Todo este galimatías ha llevado a los pacientes a reclamar en los medios de
comunicación la desigualdad de acceso a estos tratamientos, incluso dentro de
una misma CCAA o el caso extremo que se está produciendo en instituciones penitenciarias.
Por todo lo anterior queda claro que el SNS no está cumpliendo con la
equidad en el acceso a estos fármacos y esto es muy grave.
¿Quién
le pone el cascabel al gato?
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