LA
MAREA SOLO PARARA CUANDO SE SEQUE EL MAR
El pasado 24 de marzo el profesor
de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP)
y sociólogo, Juan Manuel Jiménez Martín, publicaba un interesante artículo de
opinó en el periódico El País, con el
siguiente titulo "¿Crisis
económica o política?" y subtitulo "Estamos
ante una avanzadilla ideológica encaminada a la transformación del modelo
social de convivencia vigente en España", donde nos presenta un
inquietante escenario, en el que nos alerta de como "mediante el lenguaje se está tratando de provocar la
transmutación de la polis en
un soez mercado especulativo". No le falta razón en sus afirmaciones
al advertirnos del cambio en nuestro rol de ciudadanos.
Por otro lado si, por ejemplo,
visitamos la pagina web de la Consejería
de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía y en
especial el link de Planes
y Estrategias o Planes
y Programas, dependiendo de la ruta de acceso que se use, podemos comprobar
lo que en nuestro modesto entender consideramos una des fragmentación de los
sistemas sanitarios. No es que no consideremos que la puesta en marcha de las
políticas sanitarias no necesite de la herramienta de los planes y programas
para poder dirigir dicha implementación y poder controlar y evaluar
las acciones realizadas. Más bien consideramos que los sistemas sanitarios
difícilmente tienen capacidad para su monitoreo y posterior evaluación. Les
insto a intentar buscar las correspondientes evaluaciones de dichos planos y
estrategias.
Si ahora nos fijamos, dentro del
contexto español, en las organizaciones sanitarias podemos apreciar un
considerable espectro de modelos organizativos. Con objetivos comunes pero con
diferentes diseños y propuestas, cierto grado de heterogeneidad en cuanto a las
culturas de dichas organizaciones. Con diferentes propuestas e iniciativas en
las definiciones de sus procedimientos y rutinas y con problemas sin resolver,
en algunas de ellas, en lo referente a las relaciones
laborales y gestión de sus recursos humanos.
Percibimos un contexto tremendamente condicionado por
la política y sin visos de cambios para mejora, que no faltan estrategias y planes, más bien
podríamos optimizar este aspecto, y unas organizaciones
necesitadas de cambios significativos y consensuados que las preparen para
los retos del futuro y cumplir su objetivo de servicio público.
Y ante este panorama, cada vez
con más incertidumbre, donde gran parte de los profesionales, elemento esencial
de las organizaciones, que entendemos la salud como un
derecho fundamental e irrenunciable para el desarrollo integral de los
ciudadanos, sentimos la fuerte presión de un movimiento que alienta "Un cambio que supone la creación de un
nuevo sujeto, que ya no es tanto un homo
politicus sino un homo
economicus.".
Movimiento que oscila sin cesar
intentando coger fuerza para reconvertir las organizaciones sanitarias, a
través de la políticas o sin ellas y apoyando se o no en ocultas estrategias,
en mega fabricas de producción y superficies comerciales al estilo de las factorías textiles en Asia y de los Ikea.
Volvemos a enfrentar una
situación donde el Recurso Humano cobra un papel protagonista como eje de unas organizaciones
humanizadas y puestas al servicio de la ciudadanía y sociedad y no como
instrumentos de las élites políticas y empresariales. Unos recursos humanos conscientes
de su capacidad para cambiar el contexto e influir en la elaboración de las políticas
y estrategias, con el noble objetivo de garantizar la máxima salud posible a
las personas que convivimos y construimos este país.
Se siente igualmente una
oscilación que desde dentro de las organizaciones sanitarias va palpitando como
una marea que sin
descanso, con subidas y bajadas, está iniciando a erosionar ese territorio, que
parecía intocable, de la arena política.
su
entrañable tío matt
No hay comentarios:
Publicar un comentario